Círculo de Té: Experiencia Da Hong Pao II
Hacer té, así como estudiarlo, es un trabajo arduo, tan continuo y finito que fácilmente podría verse rezagado aquel momento en el que bebimos té por primera vez, ¿puedes recordarlo? Es casi como quien, en su disciplina y sin medir el trayecto del tiempo, fluye como hoja en la superficie del agua sin percatarse qué tan lejano quedó aquel primer encuentro. Pero pocas son las veces en las que la mente puede encontrarse con aquellos “tés de una vez en la vida” como en el caso de Da Hong Pao II que, de solo infundirlo, rescata la memoria en el tiempo.
Como hemos estudiado en nuestras sesiones de Círculo de Té con Shunan Teng y Carolina Levy, el término Da Hong Pao puede fácilmente mal interpretarse como hebras “descendientes” de árboles antiguos o explorarse desde un panorama gustativo superficial bajo el efecto de aspereza que, en ocasiones, expone la carencia de intención y estrategia al procesar las hojas de té en las granjas al momento de convertirles en, bien intencionados, Wulongs MinBei (闽北).
Cuando hablamos de té Da Hong Pao II, nos referimos a una diversidad de varietales que crecen en el área específica del terruño dentro de Wuyishan del Verdadero Acantilado (ZhèngYan 正岩), especialmente de los valiosos varietales Shuixian y Rougui dentro del área natural e inmaterial protegida por la UNESCO.
Su alta complejidad y la uniformidad en el tamaño y color de sus hojas podría dar la impresión de que en realidad se trata de un mismo varietal, pero es, naturalmente, un estupendo rasgo de su inigualable dote artístico.
Al momento de infundir, las hojas cubren completamente el gaiwan y la atención en esa singular escena rocosa de Wuyishan, sobrevuela el panorama conocido sobre lo que podemos comprender al infundir sus bellas y alargadas hebras.
Cada introvertido aroma se resguarda y son los primeros sorbos los que de pronto parecen describirse en un dialecto, de inicio, incomprendido… tan completo y complejo, tan contundente y vivaz que rescata en el acto un entusiasmo especial.
Solo unos pocos sorbos más bastan para mostrarnos su incomparablemente bella naturaleza mineral, en donde cada sorbo con la fortaleza de una ola y recubre completamente la lengua dejando una dulce escena floral prolongada y tan permanente como para irrigar el paso de una segunda infusión.
¿Recuerdas aquel primer té que te envolvía en sus sabores de tal forma que, en tu lengua, casi podía orquestarse un nuevo idioma? Con Da Hong Pao II esta experiencia ocurre, te sorprendes olvidando lo aprendido para aprender de nuevo en el fluido trayecto del sorbo por sorbo, hasta que de pronto puedes encontrarte bienvenido en la configuración de un nuevo entendimiento que nos convierte, por un suave y purificador momento, como bienvenidos huéspedes al lenguaje artístico del Da Hong Pao.
Hay tés de posibilidades, tés de encuentro y otros más enérgicos o aquellos en el que su belleza puede remitirse a la contemplación, pero, si tuviésemos que elegir alguno que nos pueda ofrecer todo aquello que hemos comentado antes, sin duda referenciaríamos estas hebras, pues, no hay mayor verdad que la que se encuentra en la intención más pura, justo como aquella que nos referencia su antigua leyenda que nos habla de aquel estudiante que, al haber logrado su promoción universitaria, recubrió con su bata roja la copa de los árboles de té que aliviaron su paso cuando más necesitaba de él mismo.
¿Te gustaría saber más? Intégrate a nuestro grupo de amigos en las sesiones mensuales al Círculo del Té, en donde, cada mes, tenemos la posibilidad de probar los tés más raros y auténticos del mundo acompañados de estupendos expertos en esas específicas hebras.
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