Introducción:
El té helado es la bebida refrescante perfecta para los días calurosos y una alternativa sabrosa a las bebidas azucaradas. Aunque puede parecer sencillo, preparar un té helado delicioso y aromático requiere ciertos trucos y técnicas. En esta guía, te mostraremos cómo preparar el té helado perfecto para refrescarte y deleitarte.
Utensilios y Ingredientes:
- Tetera o jarra grande
- Filtro o colador
- Té o tisana herbal de tu elección (negro, verde, zacate limón, bugambilia, etc.)
- Agua fresca y purificada
- Hielo
- Endulzante (opcional): azúcar, miel, stevia, etc.
- Rodajas de frutas cítricas (opcional): limón, lima, naranja, etc.
- Hierbas frescas (opcional): menta, albahaca, etc.
Pasos para Preparar el Té Helado Perfecto:
- Selección del Té:
- Asegúrate de elegir un té de buena calidad. Las hebras sueltas y enteras suelen ofrecer un sabor más profundo y auténtico que las bolsitas de té triturado.
- Medición Correcta:
- Para preparar té helado, generalmente se recomienda usar el doble de té que usarías para una taza caliente, ya que el hielo diluirá la concentración. Para un vaso de 300 ml te recomendamos usar mínimo 6 gramos de té.
- Hervir el Agua:
- Calienta el agua hasta el punto de ebullición o la temperatura recomendada para el tipo de té que estés utilizando.
- Infusión:
- Vierte el agua caliente sobre las hojas de té y deja que se infundan según las recomendaciones para ese té en particular. Recuerda que al hacer té helado, puedes dejarlo reposar un poco más para obtener un sabor más concentrado.
- Endulzar (opcional):
- Si prefieres tu té helado dulce, añade el endulzante mientras el té aún está caliente, ya que se disolverá mejor.
- Servir:
- Una vez que el té ha terminado de infusionar, filtra las hojas de té o retira las bolsitas y vierte el té sobre el hielo. Puedes adornar tu bebida con rodajas de frutas cítricas o hierbas frescas.
- Refrigerar:
- Puedes conservar tu infusión en refrigeración durante máximo 4 días para que puedas disfrutarla en cualquier momento.
Resumen:
El té helado es una deliciosa forma de disfrutar los sabores y aromas del té incluso en los días más calurosos. Ya sea que lo prefieras simple o adornado con frutas y hierbas, un buen té helado es el refresco perfecto. Recuerda siempre ajustar la concentración y el endulzante según tu gusto personal. ¡Disfruta y refréscate!
