Dentro de las categorías del té existe una muy especial, según nos contó Shunan Teng y Carolina Levy, amplias conocedoras del mundo del té, esta categoría tiene un valor sumamente especial gracias al cuidado y la sabiduría que conlleva su proceso. Pero, ¿de qué proceso especial se trata?
Desde el interior de las montañas históricas, muy cercanas a uno de los Patrimonios Naturales de la Humanidad en China: en la cadena montañosa Huangshan; se alberga una perspectiva entre complejidad y exquisita experiencia. ¿Qué tantos secretos pueden aglomerarse en medio de tan amplia biodiversidad?
En la emisión de nuestro “Círculo del Té” nos adentramos a los campos donde retoñan las hojas de Huang Ya, un té amarillo ubicado en lo mas recóndito de la provincia de Anhui, en las montañas de Jin Ji Shan, Huo Shan: una de las zonas privilegiadas por el paso del río Qiantang antes de desembocar en el mar de China Oriental.
Tendidos por el enlace de la curiosidad se fue abriendo un camino hacia un íntimo descubrimiento: la conversación entre la paciencia y el tiempo. ¿De dónde nace el té amarillo Huang Ya?
Cada perfil en la forma de sus hojas era bello y similar, una pequeña curva redondeaba su forma perfecta y el color de cada hebra destacaba con un brillo peculiar.
Conforme iba despertando el té, los vapores de una dulzura singular permearon nuestro servicio. Hojas de vegetales dulces y polen a flores frescas encapsularon el paisaje de un campo al otro lado del mundo.
El servicio nos daba la bienvenida abriendo el cerrojo de una puerta que solo con el té Huang Ya se abría.
Cada hebra parecía encapsular en su interior los rayos de sol reposando en las rocas sobre camas de bambú. Un suave aroma nos ayudaba a vislumbrar un mundo dulce y complejo.
La mente parecía engañarnos creyendo que se trataba de un té verde, pero la agradable abstracción de sus sabores nos envolvía poco a poco el paladar mientras la memoria reconocía el detalle de un delicado proceso de micro fermentación.
Cada infusión nos ofrecía un nuevo aprendizaje. El sabor de un ecosistema que comenzábamos a interpretar, se encapsulaba en un proceso en especifico denominado “apilamiento amarillo” que consiste en envolver las hojas lo suficiente para estar juntas pero no apretadas.
Tal cual río cruzando los relieves de las montañas, su envolvente sabor nos hacia salivar, transmutándonos en un viaje de completa integridad en medio de un campo abierto con calidez pueblerina.
La perspectiva al interior de las montañas en la provincia de Anhui desencadenó el balance perfecto entre la biodiversidad: sus varietales de descendencia histórica, aunque más allá de esto, se trataba del valioso proceso humano transmitido por generaciones sabiamente, perpetuando el conocimiento sobre el tratamiento de estas especiales plantaciones, aun en las adversidades del paso del tiempo.
Los procesos de su preparación rinden honores a la paciencia. Las hebras de té reposan tranquilamente en camas al sol extendidas para recibir los últimos toques de clima: entre media hora o hasta medio día. Esto es tan importante para el té Huang Ya, que detona la magia de la categoría del té amarillo.
En nuestra boca queda un agradable retrogusto, el famoso 回甘 huigan, que viene cuando; después de beber un par de infusiones de Huang Ya, se aviva un característico dulzor en nuestra garganta al tomar el agua.
Especialmente es este té el que arriesga toda una cosecha para lograr el toque único que solo el té amarillo puede dar. Se necesitan entre 4 y 5 libras de té fresco para hacer una libra de té seco, pero se necesitan solo cuatro infusiones para almacenar en el cuerpo la valiosa calidez de los sentidos atesorando la comprensión de un entorno megadiverso.
Tal vez, en el siguiente año, nuevos sabores lleguen, pero por esta vez la memoria almacena nostálgica, la delicia de un viaje en el sorbo de esta taza.
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