Aunque Uji es, sin duda, el lugar de producción de matcha más popular, existe otra región que comparte características de clima, suelo y ambiente que permite que se produzca matcha delicioso y de muy alta calidad. Hablamos de Yame, una ciudad en la prefectura de Fukuoka, que aunque no cuenta con la popularidad de Uji sí tiene matcha extraordinario.
Yame se encuentra en el centro de la perfectura de Fukuoka, en una isla al sur de Japón. A pesar de no ser la cuna del matcha y de no producir tanto té como otras regiones, esta prefectura tiene su propia historia con el té, ya que se encuentra en Kyushu, la isla donde se cultivó té por primera vez en todo el país.
Yame y Uji comparten muchas características en su microclima: son cruzadas por ríos, les rodean las montañas y sufren cambios drásticos de temperatura entre el día y la noche. Yame solamente cuenta con 600 años de historia en el cultivo del té y aunque parecen muchos, palidecen en comparación con los más de 1000 años que tiene Uji en estos procesos. Esta relativa novedad ha permitido a los productores de Yame no cuidar tanto la tradición sino experimentar y ser flexibles con las técnicas de cultivo de té, lo cual ha permitido que logren excelentes resultados.
Esta región no es precisamente famosa por su matcha pero sí lo es por su Gyokuro, un té verde de alta calidad que ha ganado la competencia de té japonés desde el 2001. Mucho de ese Gyokuro se cosecha con técnicas tradicionales, incluyendo la cosecha manual, asegurando su más alta calidad.
La reputación de los tés de Yame es tan grande que existe una gran oferta de cursos y experiencias para turistas en las plantaciones de té de Yame que van desde tours guiados hasta talleres para preparar y procesar té.
¿Qué tiene de especial el matcha de Yame?
El Yame Barista ha sido diseñado cuidadosamente para tomarse como latte, ya que tiene la intensidad de sabor suficiente para resaltar incluso con el sabor de la leche de vaca. A pesar de su diseño original, este matcha es delicioso para consumir en usucha y poder apreciar su inesperado sabor: mantequilla salada, canela y azúcar con una fragancia a nueces tostadas.
Este matcha, además, presenta una enorme versatilidad: su sabor y color verde brillante sobresalen incluso en aplicaciones culinarias, lo que lo hace perfecto para hacer unas deliciosas conchas o galletas de matcha.
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