Una de las tantas cosas que trajo esta situación de cuarentena, es el estar en casa.
Esto llevó a muchos a hacer home office y a tener clases online.
Como todo, ha traído muchos beneficios y también, algunos contras.
La verdad, en lo personal, puedo comentar que este nuevo modelo de trabajo y estudio tiene muchísimas ventajas y que tal vez esto nos lleve a una nueva visión y puedan mudarse muchas de las actividades al mundo virtual.
Pero dentro de los contras que he escuchado y visto, es que precisamente muchos de los que ahora están haciendo home office, también tienen a sus hijos en casa, lo que hace súper difícil el poder implementar ciertas actividades; sobre todo, hablando de los niños, los cuales se encuentran en esa etapa de la vida tan padre donde pareciera no terminar nunca la energía.
Ahora se ven afectados, precisamente por eso, ya que no saben (los padres, sobre todo) cómo canalizarla.
Comúnmente los niños suelen tener actividades extracurriculares que les ayudan a llegar agotados a casa… Pero y ahora, ¿a dónde llevamos toda esa energía?
La verdad es que no les puedo dar una “catedra” sobre este tema porque no tengo hijos. Lo que he vivido es con mi sobrina. Realmente ahora tengo una visión más clara del trabajo que se avienta mi hermana (y en general las madres y los padres) y ¡pff!, lo respeto muchísimo.
Mi sobrina tiene 3 años y no saben lo difícil que es capturar su atención al menos por más de 10 min.
Y sí, así es, si no los llenas completamente con algo, se van. Adivina a dónde llevarán su atención; son niños, así que espérate mínimo un rayado de pared jaja.
Así que hoy les daré una recomendación que me funcionó bastante la otra vez que tuve la oportunidad de ver a mi sobrina (claro, con las medidas necesarias).
Yo estaba trabajando desde mi computadora cuando vi a Arya ya inquieta porque (como ya mencionamos, tenía mucha energía y no sabía qué hacer con ella), solamente le comenté “Arya, ¿quieres preparar té conmigo?”, a lo que ella respondió, con una cara llena de ilusión “sí, tía”.
¿Por qué menciono lo de “ilusión”? Porque sí entiende el concepto de “preparar té”, pero realmente fue una actividad nueva para ella.
Ellos quieren hacer, aprender, tocar, sentir, oler, ver, por lo tanto, claro que quería preparar té.
Realmente aproveché para darle Rooibos (ya sé que no es un té, pero eso se le podrá explicar más adelante). Todos sabemos que es perfecto para relajar, entonces, ¿por qué no matar dos pájaros de un tiro?
Calenté agua, acerqué los elementos necesarios y comenzamos. Le expliqué a Arya que debíamos tener cuidado porque se estaba manejando agua caliente, a lo que ella asintió. Después le enseñé el filtro y le dije que ahí pondríamos la hoja del “té”.
Aquí es cuando aparte de solo darle teoría, hay que dejarlos ser parte de forma práctica y sobre todo sensorial, así que le dije: «bueno, tú pondrás el “´té” y yo el agua caliente».
Si ellos notan que les tomas la atención y confianza para que realicen ciertas cosas (a su posibilidad), se sentirán mejor y probablemente también eso te dé más oportunidad de tener por más tiempo su atención.
Una vez que se hizo esto, teníamos que esperar un tiempo para que se infusionara correctamente el Rooibos. La verdad sentí poquito miedo, porque pensé “¡chín!, se me va a ir”; y casi, pero pude retenerla un poquito más, preguntándole cosas, entre ellas un simple “¿y sí te gusta el té?”, a lo que respondió, “no, porque está caliente”. ¡Pum! Aprovecha eso e improvisa. “Ah, entonces le agregaremos hielo, ¿te parece?”, ella volvió a asentir.
Al final alcancé rápido a tomarle la foto y se fue feliz con su Rooibos frío a ver caricaturas… Después de un rato, cayó dormida.
Yo sé que esto no es una súper actividad, pero es una de las muchas cosas que podemos implementar. Hacer actividades con nuevos temas para ellos, tomarles atención, hacerlos completamente partícipes de esto y sobre todo tenerles la confianza de que pueden lograrlo.
Así lograrás tener su atención y podrás cansarlos jajaja.
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