De acuerdo con (Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM), México es uno de los principales consumidores de refrescos y bebidas azucaradas. México no está solo en estas estadísticas, simplemente en América Latina, países como Argentina y Colombia reportan cifras de consumo per cápita similares a las de México.
Para entender cómo fue que llegamos a este punto, es importante hablar un poco de la historia de una de las refresqueras más emblemáticas de nuestros tiempos. No usaremos nombres, pero seguramente pueden adivinar quién es. Desde 1923 su objetivo ha sido muy claro: aumentar el consumo de la gaseosa en todos los hogares. La frase del famoso CEO Robert Woodruff se volvería épica: “Mi sueño es que toda la población mundial tenga acceso a una gaseosa de Atlanta al solo extender los brazos”. Así pues, con este objetivo bien marcado, la multinacional arrancó como caballo de carreras posicionándose cada vez más como una de las marcas preferidas de los consumidores.
La combinación de una estrategia de publicidad digna de salir en “Mad Men”, como el último eslabón mostrado por la serie en la carrera de Don Draper, “simplemente épica,” más un excelente canal de distribución, hacen la combinación perfecta para que los productos de este tipo de refresqueras sean cada vez más ubicuos.
Sumado al gran esfuerzo de publicidad y distribución de la refresquera, muchos neuro-científicos y especialistas en la salud nos han explicado incontables veces cómo nuestro cerebro está diseñado para preferir el consumo del azúcar. En general tendemos a optar por sabores bastante dulces, y, por lo tanto, desde siempre hemos estado acostumbrados a consumir este tipo de bebidas. Esto no se lo debemos únicamente a la influencia de la refresquera. En muchas casas, siempre se come con agua fresca, generalmente de alguna fruta que tengamos a la mano, más incontables cantidades de azúcar.
Claro está que de la noche a la mañana no podemos dejar así nada más el consumo de bebidas con azúcar, menos cuando desde siempre hemos estado acostumbrados a ello. Pero sí podemos ir bajando su nivel y sustituyéndolo.
Nunca es tarde para hacer un cambio en tu preferencia y sustituir bebidas azucaradas por alternativas un poco menos azucaradas. Nosotros te daremos unos tips de preparaciones para que comiences con tu deconstrucción y puedas ir cambiando estos hábitos.
Si lo que te gusta también es el efecto gasificado en las bebidas, pues fácil: prepara una bebida con agua mineral.
Nuestra recomendación para bajar el nivel de azúcar: utilizar fruta. Aunque contiene fructosa (azúcar que se encuentra en frutas, vegetales y demás), termina siendo únicamente eso, no con azúcares extras.
Ahora bien, te enseñaremos a preparar una bebida gasificada un tanto dulce para que puedas sustituir el refresco. Solo necesitas:
- Elegir tu fruta favorita: mango, fresa, moras, etc. Si no te decides por una sola, te recomendamos nuestras mezclas de tisanas. Nuestras tisanas frutales son frutas osmodeshidratadas.
- Agua mineral.
- Limón.
- Miel de agave.
Si optaste por fruta fresca, lo primero que debes hacer es machacar esta fruta (no agregues demasiado para una porción).
Si optaste por tisana, lo primero que debes hacer es infusionar en muy poca agua para que vuelva a hidratarse (20 g en 2 oz de agua caliente).
Una vez que realizaste cualquiera de las 2 opciones, puedes agregar la miel de agave (esto claro, es opcional. Si ya quieres bajar más el nivel de azúcar, adelante, qué mejor).
Agrega hielo a tu vaso y completa con el agua mineral.
Al final solo dale el toque del limón (jugo de medio limón).
Y listo, tienes una deliciosa bebida gasificada.
Poco a poco puedes ir bajando el nivel de azúcar en estas preparaciones.
También en otras bebidas, si planeas tomar café, té o demás, intenta disminuir tu ingesta de azúcar y disfruta del sabor original de la bebida.
Por lo pronto, te recordamos cuidarte mucho, querer tu cuerpo y escucharlo.
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