Por: Andrea Ramos
En México tenemos la costumbre de llamar “té” a todas las hojas que ponemos en agua calientita, pero si queremos hablar con precisión es importante que entendamos que hay diferencias entre el té, una tisana y una infusión. Hoy te daremos un breve glosario para entender mejor cada una de estas palabras y que puedas usarlas de la mejor manera.
Pero primero ¿por qué a todo le decimos té?
A nivel mundial el té es la segunda bebida más consumida solo superada por el consumo de agua. Su popularidad e importancia es tan grande que ha sido protagonista de guerras, avances tecnológicos y rituales en muchas partes del mundo. Esta presencia cultural ha hecho que en países como el nuestro, donde el consumo de té no es tan común, la palabra haya sido adoptada para nombrar a prácticamente todas las infusiones herbales que se preparan.
¿Qué es el té?
Para que algo pueda ser llamado “té” debe provenir de la Camellia Sinensis, una planta que crece en países como China, Japón e India y que requiere de condiciones específicas de clima y suelo para sobrevivir. Una vez cosechada, la Camellia Sinensis se somete a diferentes procesos donde el calor y la humedad pueden darnos seis tipos de té distintos: blanco, verde, amarillo, wulong, rojo y oscuro.
En México no se ha logrado cultivar de manera exitosa la Camellia Sinensis, por lo que no existe té que se produzca en este país. En América Latina el único país que produce té de manera constante es Argentina y Colombia ha empezado a hacer algunos experimentos exitosos para la producción, sobre todo, de té rojo.
¿Qué es una infusión?
Una infusión es el resultado de poner plantas, frutas, especias y otros ingredientes en agua caliente para extraer sus sabores. Podemos hacer infusiones de casi cualquier cosa, pero las más populares son el té, el café y las tisanas.
¿Qué son las tisanas?
Llamamos tisanas a algunas de las infusiones que se hacen a partir de ingredientes que no son el té o el café. Normalmente las nombramos a partir de su ingrediente principal; es decir, tisana floral, herbal, frutal, etc. Una tisana con manzanilla y lavanda, por ejemplo, sería una tisana floral.
La mayoría de las tisanas son libres de cafeína por lo que son ideales para que lo consuman niños y niñas. Unas de las tisanas más populares son las frutales ya que son muy versátiles y se adaptan a casi cualquier tipo de preparación.
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