Pocos son los casos en los que la oportunidad de probar un varietal preferido como Wulong Phoenix, también pueda disfrutarse como té rojo, con un retoño de hojas grandes y alargadas al característico estilo Dian Hong.
Desde hace un tiempo que hemos venido explorando las complejidades del Wulong Phoenix en nuestras sesiones de Círculo de Té, en donde anteriormente tuvimos la oportunidad de probar la estupenda selección de Teaphile con Fragancia de Orquídea; el hecho es que, la granja familiar de Annie ha explorado las posibilidades del varietal Mi Lan Xiang ahora en su versión de té rojo para entrega especial, lo que ha sido fascinante pues, además de tener la posibilidad a una porción de este limitado lote, facilita la apreciación del varietal a lo largo de sus distintos procesos haciendo sus cambios evidentes tanto para un bebedor de té experimentado así como para alguno que comienza por ser asiduo. El resultado ha sido extraordinario e inmediatamente se convierte en una grata sorpresa al paladar.
Desde el comienzo de la preparación, los tonos marrones acompañan la escena en nuestro servicio de té chino, enaltecido por las largas hebras de Fragancia de Orquídea en donde su cálido aroma desprendido desde las paredes del gaiwan, van tomando su lugar en nuestros sentidos. Las infusiones ambarinas permean el espacio de este momento paciente, en donde entre una infusión y otra, podemos apreciar la melodía del tiempo simplificada en entonaciones de vertidos sedosos. Cada uno de los sorbos pasan por nuestra boca produciendo una sensación cálida de sequedad en la lengua que nos invita a beber más, sin duda una cualidad auténtica de los tés rojos de Chaozhou, Guangdong. Sus sorbos son tan dulces como un litchi, tan frescos como la pulpa del maracuyá, tan afrutados como la guayaba rosa en la cúspide de su temporal. Al beber, nuestra garganta se aceita con un placentero perfume de frutas dulces, permitiéndonos palpar el bello éxito de su claridad en cada sorbo. Los sabores se abren como flores en primavera, en donde podemos imaginar un Chaozhou iluminado por la fortaleza del tono rojo refractado en un escape de luz desde el cristal. Las infusiones son pacientes y suaves pues preparar el té, así como procesarlo, hacen que la paciencia sea una gran virtud para obtener un buen sabor en el té, justo como en el caso de Fragancia de Orquídea.
Ver sus tiernas hojas nos permite apreciar el potencial de dulzura del varietal de Mi Lan Xiang cual sinónimo de un alto contenido de deseables aminoácidos ligeramente tostados. Es hasta las últimas infusiones en las que podemos apreciar las hojas de té bastante aceitadas y aún integradas en la belleza de sus finos pliegues, sin duda una observación que habla de su hábil y riguroso enrollado sobre canastos de bambú.
La escena final es un gran obsequio porque adquiere sentido gracias a la explicación de Annie Chan (nuestra maestra de té y anfitriona de Teaphile): en donde “Mi” compone el abundante dulzor en una textura pulcra de miel, “Lan” como el capullo elegante y carismático de orquídea abriendo en primavera previo al Festival Qing Ming y “Xiang” como el flujo rítmico de una armónica melodía entre sorbos que nos traen a nuestro centro.
Esas son las cuatro principales características de Jiaoshuikeng, Chaozhou.
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