Hace unas semanas, en nuestro Circulo de Té, compartimos un 文山包种金萱乌龙 Wenshan Baozhong Jin Xuan sumamente especial producido por las manos expertas de los hermanos Bai y su padre el año pasado. Directo de la zona de alta montaña de Pinglin y con la guía del conocimiento excepcional de Carolina Levy emprendimos el vuelo.
Viajar a Taiwán y recorrer más de 35,000 kilómetros cuadrados de isla en un día, podría parecer algo imposible de lograr si consideramos que los tiempos de traslado pueden depender de infinitos factores; a menos que el transporte sea una taza de Wenshan Baozhong.
En el Occidente tendemos a creer que el Baozhong es un tipo de wulong y la verdad es que de acuerdo a los Taiwaneses, quienes principalmente lo producen, no es un tipo de wulong. Esta podría ser el primer avistamiento de distancia: la concepción.
El hecho de que sea sumamente especial le otorga una nueva categoría entre los tés de alta montaña.
En una isla privilegiada de ríos, lagos y montañas como Taiwán la abundancia natural es mucha pero aquí surge la principal pregunta, ¿tantas virtudes se pueden configurar en una taza?
El camino esta en nuestra mesa. Los vapores del agua caliente enjuagando nuestras herramientas parece envolver en una nube húmeda nuestro servicio de té haciendo que de poco en poco el ambiente se convierta en un paisaje taiwanés.
Las hojas del varietal Jin Xuan al agitarse entre las paredes de nuestra jarra de la justicia perfilaban suaves aromas a hierbas de otoño.
Cada chorro de agua, parecía cumplir como la fuerza del río removiendo las hojas.
Que característica tan singular, la primera infusión fue nuestra bienvenida a los campos abiertos de un aromático misterio floral.
Preparamos la segunda infusión. El perfil de sus sabores parecían ser semillas fértiles entre la nimiedad del tiempo transcurriendo. Los sorbos separados entre las infusiones nos llevaban de lleno al viaje por Taiwán en donde la lengua era aquella tierra fértil de flores apenas floreciendo.
Al momento de la tercera infusión, la hojas se distribuyeron por toda la jarra así como las montañas de Pinglin siendo abrigadas por las hojas de arboles del té brillantes de rocío.
Su cuerpo era una suave cobertura de mieles esenciales a pétalos de flores frescas; probablemente el misterio mejor guardado de sus montañas.
Los otoños se cobijaron de primavera en nuestra boca. Era Wenshan Baozhong Jin Xuan en su máxima expresión.
La hojas aterrizaban nuestros pensamientos, así como lo hacían a la base de la jarra. La cuarta infusión fue el pase redondo a este viaje. El retrogusto nos permitió ver la plenitud de esas hojas desenrollándose en el agua como papiros escritos por una lengua aun no inventada aunque comprensible a nuestros sentidos.
¿A qué saben las altas montañas?
Sí lo tuviéramos que resumir a unas pocas palabras, la respuesta sería: Taiwán, saben al conocimiento de cuatro generaciones trasmutados en la labor de los hermanos Bai, a los cambios vitales de las flores y frutos madurándose al renacer de cada estación, a los pobladores del pasado emigrando sus hojas hacia un nuevo hogar al otro lado del océano. Las montañas saben a árboles de té.
Vivir la geografía de los sentidos en compañía de personas expertas, nunca había sido tan sencillo. Sí aun no estas inscrito a nuestro Circulo de Té, conéctate con nosotros para mayor información.
Reseña por: Ely Gaeta
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